Muchos clientes saben apreciar el uso de vajillas modernas en restaurantes clásicos. Los nuevos restaurantes y negocios hosteleros cuentan con más recursos que nunca a la hora de dar personalidad e identidad a su local. Pero también los restaurantes con cierta trayectoria o que nacen con vocación de atemporalidad, encontrarán en las piezas más novedosas un punto a su favor:
Sentarse a la mesa de un restaurante clásico y encontrarse ante una vajilla renovada, una vajilla actual, da pistas al comensal sobre la filosofía del local. En efecto, si el restaurador se ha preocupado por modernizarse en este aspecto, es posible que también lo haya hecho en otros que no estén tan a la vista. Quizá se esté preocupando también por mejorar en la calidad de su producto, por escoger bien a sus proveedores, por considerar aspectos relacionados con lo ecológico, lo renovable… por estar al día!
Estamos de acuerdo en que a un restaurante vamos a comer y a disfrutar de su cocina, pero un plato puede ganar muchos puntos si lo presentamos en una vajilla actual, en donde se presente como un clásico contemporáneo. Un cocido madrileño servido en alguna de las piezas de la colección Blue Edge o un cordero lechal presentado en la Nova White aportan sin duda un plus a la experiencia del comensal.
Puede ser un buen motivo para vestir con vajillas modernas un restaurante clásico. Hay que pensar en el público que viene o que está por venir. No limitarse al cliente de siempre y estar abierto a las nuevas generaciones que irán ganando poder adquisitivo y serán la renovación de nuestros asiduos.
La tendencia a combinar diferentes piezas en un mismo servicio nos permite conservar esa vajilla que caracteriza a nuestro local y a la vez introducir vajillas modernas en restaurantes clásicos para momentos que el comensal percibe como especiales dentro de su experiencia, como son el postre, los “petit-fours” o el aperitivo.
Salvo que la idea sea convertir nuestro local o restaurante en una especie de museo, conservando absolutamente cada cosa exactamente igual que cuando se abrió al público en los setenta, ochenta, o noventa….. renovar pequeños aspectos puede generar un efecto muy positivo.
Conservar la esencia del espacio y conseguir al mismo tiempo actualizarse es una fórmula que conduce al éxito seguro.
Los textiles (tapizados, cortinas), las vajillas modernas, una cristalería en donde no falten vasos con personalidad y el papel en las paredes para los que se atrevan con un 3 a la última, puede dar un nuevo impulso a un negocio estancado, o que ha perdido interés.
Cuando pensamos en vajillas modernas para restaurante clásicos hay que contar con que existen piezas actuales que han sido pensadas y diseñadas con vocación de continuidad. Platos como los de la colección Marble o Teak de Limoges son una elección perfecta para quien desea vestir sus mesas con algo actual sin arriesgarse demasiado y sabiendo que está invirtiendo una vajilla para mucho tiempo.