Pese a su juventud Natalia Zubizarreta ha alcanzado el éxito en una profesión en la que se siente como pez en el agua: la de “crear hogares para que las personas sean más felices”, como ella misma dice.
Hace cinco años abrió su propio estudio en Bilbao, en poco tiempo contrató a dos personas y ahora está al frente de un equipo de siete del que se siente orgullosa y para el que solo tiene buenas palabras.
Pero esta chica de “Las Arenas”, de madre y abuela argentina, lleva toda la vida ligada al arte y la creatividad.
1.- ¿Cómo empezó todo?
Desde pequeña sentía pasión por la decoración, tal vez el hecho de que mi abuela fuera creativa publicitaria haya tenido algo que ver porque siempre he tenido el impulso creativo a flor de piel y cuando me han dejado me he lanzado a participar de forma entusiasta, como en la primera reforma de nuestra casa o en mi primer trabajo de jovencita en una tienda de decoración….
Empecé Bellas Artes, carrera que compaginé con los estudios de interiorismo, pero acabé centrada en esto último que ha sido desde siempre mi verdadera vocación.
2.- ¿Cuál es la clave de éxito de tu estudio de interiorismo?
Me siento muy orgullosa de mi equipo. Solo tengo buenas palabras para ellos, ponen el corazón en su trabajo, disfrutamos con lo que hacemos y defendemos valores como la honestidad, la humildad, la ética y el saber escuchar, por encima de todo.
Trabajamos por sorpresa. El 90% de nuestros clientes nos dan las llaves y no nos preguntan ni qué azulejo vamos a poner. Les entregamos la casa totalmente vestida, incluso alguna con comida en la nevera y todas han sido un auténtico éxito; no nos han cambiado ni un jarroncito. Esto para nosotros es un regalo.
Nuestro estilo es sencillo, honesto, intentamos adaptarnos siempre al cliente. Todos mis proyectos tienen una línea que los identifica pero al mismo tiempo soy camaleónica: puedo hacer una casa muy muy moderna o muy minimal y una casa muy clásica o muy recargada.
Y luego está la pasión. Mi pasión por lo que hago es tal que he sacrificado mucho el lado personal, aunque tampoco lo percibo como algo negativo, porque siempre me he sentido plena.
3.- ¿Un proyecto que te haya marcado?
El primer año en mi estudio tuve la oportunidad de participar en un proyecto fantástico. Un constructor de Bilbao hizo una casa en Ibiza que adquirió un conocido futbolista y yo acabé siendo su interiorista.
Me dio mucha libertad para intervenir y pude hacer una casa espectacular que fue portada de revista y se difundió mucho en los medios de comunicación. Este trabajo resultó ser un buen impulso, pronto ocupé una portada de EL MUEBLE con otra casa y luego llegaron más.
4.- ¿Cómo eliges la vajilla en tus estilismos?
Como te comentaba trabajamos por sorpresa y aunque los clientes saben que van a encontrar detalles que dejamos para vestir su casa no imaginan que van a encontrar hasta las vajillas… y cuando descubren la mesa puesta la tocan y es uno de esos elementos que más valoran tener en su hogar: una vajilla adaptada a su estilo personal.
La vajilla es una pieza que en cada proyecto es diferente, en algunos es más rústica en otros es más moderna, pero siempre es una prolongación del proyecto como este lo es del cliente mismo.
La vajilla es para una casa como ese pendiente o esa joya que hacer brillar y completan el look de una novia.
5.- Háblanos de Tacha, se está haciendo famosa ¿ lo sabes?
Tacha es un ángel peludo, una delicia de perra y es perfecta para posar. El fotógrafo de El Mueble está enamorado de ella, le han sacado bastantes sesiones de fotos; ahora dentro de poco tiene que salir en otro proyecto.
Tacha es absolutamente zen, atiende a nuestras indicaciones y obedece con una paz que es increíble. Tiene ese porte noble, como aristocrático, que da igual donde la pongas que siempre queda bien. En el estudio es una más, todo el mundo la adora y hasta tiene su propio perfil de Instagram.
6.- Para acabar, ¿Cómo llevas el confinamiento?
Para mí ha sido la oportunidad de poder parar, estaba metida en una vorágine. No me explico cómo pero desde que me puse por mi cuenta cada día tenía más trabajo que el anterior, sabía que tenía que parar el ritmo, pero ha tenido que llegar una pandemia para detener este centrifugado en el que estaba metida.
En cualquier caso reconozco que he parado para “mimar” aun más los proyectos que tengo en curso y disfrutarlos sin sentir la presión de los tiempos que siempre planea sobre nuestras cabezas. Así que a nivel profesional he gozado más que nunca. Tenemos muchos temas en marcha y todo el equipo estamos tele trabajando pero ahora estamos siendo más creativos y más soñadores que nunca.
Mi pasión por lo que hago es tal que he sacrificado mucho el lado personal, aunque tampoco lo he percibido como algo negativo, porque siempre me he sentido plena.
A nivel personal está siendo una etapa de mucho autoconocimiento y conexión conmigo misma. Tenia miedo de sufrir con la soledad, con sentirme encerrada, pero he descubierto que me encanta mi hogar, que soy una buena cocinera y que sé parar. A la vez creo haber descubierto lo que realmente quiero y me importa, y lo que no. También me he dado cuenta de lo afortunadísima que soy con la vida que tengo.
Si Natalia fuera alguno de nuestros platos sería “Natural Brown”. Una vajilla camaleónica que se mimetiza con el estilo y los deseos del comensal. Perfecta para servir una pizza o un tiramisú, como vajilla estrella en una cena mexicana, o como una opción ideal para una cálida mesa de Navidad con candelabros o velas.