Aunque ya se nos haya pasado el verano (casi sin darnos cuenta!), queríamos compartir con vosotros una entrevista muy interesante que le hicimos a Beatriz @tobegourment, este mes de agosto.
Beatriz @tobegourmet, es fotógrafa y estilista en el arte de vestir la mesa, y como much@s de vosotr@s nos preguntáis con bastante frecuencia como poner una mesa perfecta, como combinar colores o texturas en los diferentes elementos de la mesa o incluso dónde se colocan los vasos, cubiertos o platos de pan, decidimos tomar un café con ella y que nos contará cuáles eran sus trucos imprescindibles!
Beatriz nos cuenta que verano y navidad suelen ser las fechas claves en la decoración de la mesa, donde los complementos y el color son protagonistas y donde podemos enamorar a nuestros invitados con sencillos detalles.
Aunque es cierto que el verano llegó a su fin oficialmente, todavía nos quedan muchos días cálidos en septiembre y octubre, donde la luz del atardecer nos encanta y la temperatura es es ideal para disfrutar de cenas en exterior.
Detalles de la entrevista:
Buenas tardes Beatriz,
¿Qué es para ti una mesa perfecta?
Para mi una mesa perfecta es aquella que se adapta en su diseño, en su estética y en su composición al momento y a las circunstancias para el cual se ha preparado o se ha pensado. Es decir, una mesa puede ser muy diferente si estamos pensando en un desayuno de domingo con invitados, o en una celebración de cumpleaños por la noche, en un momento informal de verano o en un momento que requiere que sea más elegante por la presencia de un invitado especial. Por eso es muy importante que se adapte a ese momento concreto y no hay que pensar que una mesa nos va a servir para todas las ocasiones.
Por otro lado, una mesa perfecta sería también aquella en la cual la gama de colores y materiales están cuidados y van en consonancia con la situación. A mi me gusta mucho hacer la similitud con la ropa. Si pensamos en el vestido perfecto, depende mucho del momento en el cual lo vayas a utilizar (si es una boda, un paseo por el campo, un día en barco, etc). Y de la misma forma que la ropa la adaptamos a nosotros para que nos favorezca, que saque lo mejor de nosotros y que estemos acordes con la situación en la que vamos a estar, con la mesa sucede lo mismo. Como he dicho, me gusta mucho personificar la mesa y hacer esa comparación, te vistes de distinta manera en verano y en invierno, entre semana que el finde de semana, una mesa puede ser perfecta igual que una persona lo puede estar en camisa y vaqueros si ese momento lo requiere.
Por último, me gusta mucho tener en cuenta y adaptar a la forma de vestir la mesa las características de la propia mesa y su entorno. Es decir, tenemos que ver si es una mesa grande o pequeña, si esta en exterior o en interior, si es redonda, alargada, etc. y si todo eso se ha considerado a la hora de vestir la mesa y se ha sacado el mejor partido posible, eso es para mi la mesa perfecta.
¿Qué es en lo primero que te fijas cuando ves una mesa?
Pues lo primero en que me fijo es en la sensación que me da la combinación de tonos y colores, si están bien coordinados entre ellos e incluso si lo están con la estancia o la habitación en la que está. Puede parecer un poco exagerado, pero para mi es importante que la mesa me transmita armonía con el color de las tapicerías o de la pared.
A la hora de combinar, prefiero combinar dos colores como mucho, que arriesgar y que mezclar muchos y que sea una mezcla no tenga sentido. Me gustan las mesas que transmiten sensación de sosiego de calma, de amabilidad, etc.
Creo que siempre puede haber argumento para una mesa muy colorida y chillona pero seguramente será una ocasión muy puntual o una excepción.
Una vez analizada la sensación que me da la mesa, me fijo sobre todo en los detalles, de hecho seguramente me fijo antes en los detalles que no he visto antes en otras mesas y que me sorprenden que seguramente en lo que se puede considerar importante, como puede ser la vajilla o la cristalería (que me gusta analizarlo una vez estoy sentada).
En cuanto a este tipo de detalles, me refiero, por ejemplo, a la colocación de las servilletas, si se ha puesto algún detalle floral, en qué recipientes se utilizan en el centro de la mesa y como se colocan. Por ejemplo, me encantan las tablas de madera y creo que para un aperitivo puede quedar ideal el hecho de encontrarse la mesa con las tablas ya puestas.
Por eso, en una primera fase de observación, me intento fijar en aquellos pequeños detalles que me sorprenden y me ilusionan. En este punto, tiendo a analizar si la mesa en su conjunto es capaz de tener su alma o simplemente tiene todos los elementos que la componen pero no es capaz de transmitirme nada más.
Normalmente cuando me siento, es cuando empiezo a fijarme en el detalle de la vajilla, de las copas, de los vasos, etc. De hecho, yo soy de las que cuando me siento lo primero que hago es coger el plato y darle la vuelta! Me encanta conocer la procedencia de la vajilla, tocar la textura, el peso, el material, etc. Lo mismo me pasa con los cubiertos. Creo aqui viene el punto donde una vajilla demasiado sencilla o de mala calidad puede estropearte la mesa totalmente. Es importante cuidar los detalles y sobre todo que la vajilla esté a la altura del momento y de las circunstancias de la mesa. Aquí, vosotros (Bone and White) sabéis muy bien de lo que hablo porque sois especialistas en vajillas de calidad, soñadores de mesas preciosas y buscadores insaciables de piezas especiales para vestir los mejores momentos en la mesa.
Además una buena vajilla o una vajilla perfecta para ese momento (que no tiene porque ser excesivamente cara), nos va a ayudar a resaltar y hacer más bonitos el resto de los elementos que componen la mesa y que no tienen porque tener ese punto de calidad o de autenticidad.
Tener una pieza dentro de la mesa que se note que es de calidad es fundamental, y esa pieza para mi es sin duda la vajilla. Pone en valor todo el resto de los elementos que la acompañan.
El segundo elemento para mi diferenciador es el mantel, de nuevo, no hace falta que sea de una calidad altísima, pero es cierto que antes de poner un mantel de un hilo no del todo bueno, es preferible unos individuales monos. Yo creo que junto con la vajilla, son para mi las dos piezas clave de una mesa y donde debemos poner más cariño.
¿Qué crees que es lo más importante a la hora de vestir la mesa en verano y que es lo que diferencia una mesa de verano del resto de mesas del año?
Lo más importante a la hora de vestir una mesa de verano es donde está esa mesa, es decir si está en el exterior o en el interior y luego incluso si está en el exterior también es importante saber si estamos en una terraza urbana o en un jardín floreado, en una zona de campo interior, o en una playa.
Este primer punto nos va a marcar mucho el cómo vestir la mesa, ya que en verano me gusta mucho integrar la decoración o la forma de vestir la mesa con el entorno en el que estoy. Por ejemplo, puedo escoger una vajilla muy floral o un mantel de limones si estoy rodeada de hiedra verde y que puede quedar precioso en su conjunto. Me gusta mucho que en verano la mesa se vista como parte del entorno, ya que en invierno no tenemos oportunidad de hacerlo tanto.
Lo que diferencia una mesa de verano de las mesas del resto del año es que el verano es mucho más libre, alegre y combinable.
Nos podemos permitir prescindir de manteles, ser más informales, utilizar vasos de plástico reciclado o bamboo, podemos mezclar más materiales, etc. Desde mi punto de vista, podemos permitimos detalles que seguramente en invierno, por las ubicaciones interiores de las mesas, nunca pondremos. Me permite también , hacer unos centros de mesa originales, incluyendo detalles relacionados con el verano tipo frutas como cerezas, ciruelas, uvas, etc.
En general, la mesa de verano siempre será un poco más informal, las sillas incluso pueden ser distintas, es posible entrar sillas de hierro del jardín al salón o sillas trenzadas de madera, etc. Es una maravilla poder ser más alegre, por mi parte que soy de combinar dos colores habitualmente, puedo poner contrapuntos de color, uno de ellos puede ser más fuerte tipo azulón, amarillo, o verde hierba, y otro más suave, algo que repito, jamás o rara vez haría en una mesa de invierno.