El color de la vajilla que elegimos para vestir la mesa es un signo más de nuestros gustos, nuestras preferencias y nuestro estilo. Hay quien prefiere decantarse por tonos neutros, blancos o cremas buscando lo atemporal, lo clásico y lo más fácil de combinar con los textiles que la acompañen.
De la misma forma que sucede con la ropa y complementos, tenemos cierta inclinación hacia algunos colores y ciertos reparos con otros, o menos afición por otros.
Cuando ponemos una mesa con cariño y cuidado, buscando agradar a nuestros invitados y lo hacemos cuidando todos los detalles. Se trata de pensar no sólo en los sabores de nuestra cena sino también en otros aspectos como la decoración, la música, los aromas y olores y también, como no, en los colores….
Conoces qué sensaciones nos producen los diferentes tonos? Lo has tenido en cuenta para elegir tu vajilla?
El azul.
Es el color del cielo y el mar; transmite calma, paz, distancia, libertad y tranquilidad, sensaciones que nos aporta la vajilla Pikes de Pillivuyt. Ideal para las casas de playa o de verano. Aunque se trata de un color frio, en combinación con otros colores puede producir otros efectos incluso el efecto contrario. Por ejemplo combinado con el amarillo resulta estimulante y muy llamativo.
El verde.
El color verde es un color que evoca a la naturaleza; transmite una sensación relajante, de equilibrio y de confianza. También sugiere frescura. Un color perfecto para mesas en un jardín, en primavera o en casas de campo.
El rojo.
El color rojo es un color excitante, vivo, con gran potencia. Esa potencia lo convierte en un color arriesgado pero también muy efectista en el caso de una vajilla. Un color que podemos asociar por tanto a una celebración, o también en la línea de los ladrillos, la cerámica etc… a una buena opción para una casa de campo o en la naturaleza. El rojo es pequeñas dosis, en motivos, como las carpas de la vajilla Peces, es una opción ideal y muy vistosa.
El negro.
El color negro se asocia a lo desconocido, lo tenebroso… pero al mismo tiempo transmite seriedad y a la vez formalidad, elegancia, el prestigio y el poder. Con el rojo es un color con mucha fuerza y gran impacto visual. Asociado al dorado y junto al blanco es representativo del lujo.
El dorado y el color plata.
Si el dorado representa el lujo, en exceso también puede simbolizar arrogancia con lo que es un color que hay que utilizar con mesura. Se lo relaciona con la belleza y con la bondad y si hubiera que ponerle un género sería el masculino.
A los tonos plata se les atribuye por su parte un aire femenino, y transmiten sensación de intelectualidad y melancolía.
